Epitacio Martínez Vicenta de 75 años, originario del ejido Las Flores, de localidad Santa Martha, Tamuín, llegó cargado por sus familiares hasta el evento de la Doctora Mónica Rangel en la galera del pueblo.

Asistió con una gran esperanza, desde hace años que padecía de un dolor insoportable en la rodilla, sin la posibilidad de poder ir hasta una clínica o con un doctor para ser atendido.

Y es que cuando escuchó que la Doctora Mónica, candidata a gobernadora por Morena estaría en su pueblo, calculó una oportunidad para aliviar su sufrimiento.

Llegó al evento que encabezaba la candidata de la Cuarta Transformación, en brazos de sus congéneres, en busca de milagro, en la localidad lejana de cualquier servicios médico.

Esperó a que terminara el acto público y le habló a la postulada por el partido guinda, quien volteó para escucharlo.

“Quería ver si m podía atender esta rodilla que traigo muy mal”, dijo Martinez Vicenta. Enseguida la Doctora lo revisó cuidadosamente, y se comprometió a que le hicieran unos estudios completos,

“Tal vez necesite una prótesis para mejorar esa pierna, se aminore su dolor y pueda caminar mejor, así que lo haremos lo más pronto posible”, dijo la Doctora Mónica.

Atónitos los familiares y presentes, coincidieron en señalar que ángeles blancos si existen, aquellos que salvan vidas y mejoran la salud de los que necesitan de los médicos.

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