La ansiedad es un fenómeno que abarca una variedad de emociones como el nerviosismo, la preocupación, el estrés y el miedo, y representa uno de los desafíos más significativos para la salud mental. En su esencia, la ansiedad es una respuesta emocional diseñada para protegernos ante la percepción de una amenaza o peligro, funcionando como un mecanismo de defensa.
En situaciones estresantes, la ansiedad puede ser una respuesta fisiológica normal, leve y temporal. Pero cuando la respuesta es desproporcionada con respecto al estímulo que la desencadena y, además, es una conducta que se mantiene en el tiempo puede derivar en un trastorno mental.
Por eso es importante entender cómo nuestros hábitos cotidianos pueden reflejar nuestro estado emocional. La ansiedad, que antes podía pasar desapercibida, ahora puede llegar a notarse en la conducta que tenemos respecto a nuestro dispositivo más personal: el teléfono celular.
Es necesario prestar atención a la manera cómo nos relacionamos con nuestro celular porque pueden haber signos de ansiedad que necesitan un tratamiento psicológico (Unsplash)
La ansiedad puede ser una respuesta a una preocupación o miedo específico. Tiende a desarrollarse de forma gradual, y la persona generalmente se preocupa o se angustia desde el principio. Puede ser leve, moderada o severa.
Prestar atención a los signos de ansiedad al usar el celular nos ayuda a identificar alguna conducta que, con el asesoramiento psicológico respectivo, puede llevarnos a un diagnóstico acertado.
FOMO o miedo a perderse de algo
El miedo a “quedarse afuera” puede estar relacionado con salidas o eventos sociales, oportunidades laborales, relaciones o, incluso, cuestiones de la vida en general. La sigla FOMO proviene de la expresión en inglés Fear of Missing Out (“temor a perderse algo”, en castellano).
La adicción a los celulares pueda alejar a las personas de sus familiares y amigos. (Freepik)
“Desde hace unos años existe un diagnóstico llamado FOMO o temor a quedar desconectado o fuera de circulación en las redes sociales. Se asocia con trastornos de ansiedad generalizada y fobia social”, explicó a Infobae la licenciada Gabriela Martínez Castro (MN 18627), directora del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA).
Si bien es difícil cuantificar la ansiedad y el estrés relacionados con el miedo a perderse algo, estudios demuestran que las personas que pasan más tiempo en las redes sociales tienen un mayor riesgo de sufrir ansiedad social y depresión.
Según un estudio publicado en la revista científica World Journal of Clinical Cases, entre los síntomas que desencadenan el FOMO, la soledad es un factor clave: “A pesar de las interacciones instantáneas y deseadas con sus seguidores a través de las redes sociales, los jóvenes se sienten más solos y desconectados que nunca”, definió el estudio. El FOMO también se relaciona con insomnio, problemas de salud mental, baja autoestima y síntomas depresivos.
Escroleo constante
Los niveles de ansiedad y estrés aumentan en personas que escrolean constantemente en el celular (iStock)
El primer signo de ansiedad al usar el celular es escrolear excesivamente, un comportamiento de evasión que aumenta la ansiedad. Muchas personas utilizan esta conducta como un método de distracción, para desviar la atención de los problemas o conflictos personales.
Esto permite evitar lo que está sucediendo en la vida real, ya sea una situación de trabajo estresante o una discusión con un amigo.
En una investigación publicada en la revista Health Communication, especializada en comunicación sanitaria, se señala que el 16.5% de los encuestados muestran problemas severos con respecto al consumo de noticias negativas en redes sociales. Entre los 1,100 encuestados, quienes escrolean constantemente en busca de este tipo de contenido experimentan mayores niveles de ansiedad y estrés.
Phubbing o usar el celular en momentos inapropiados
Otra conducta ansiosa es el continuo uso del celular, incluso en momentos inapropiados como mientras se hace ejercicio, se está en una reunión de trabajo, durante una cena familiar o cuando se debería estar durmiendo. Y más no poder dejar de mirar el teléfono cuando estamos frente a frente con otra persona, y el teléfono se convierte en una forma de evadir el diálogo entre humanos.
Estar constantemente pendiente del smartphone podría incluso ser interpretada como una relación codependiente, pero con el dispositivo. Es una especie de apego emocional que podemos llegar a desarrollar con nuestros dispositivos tecnológicos.
Ignorar a quien tenemos enfrente para mirar el móvil impacta en los afectos, la buena comunicación y, según indican los especialistas, hasta puede generar una adicción. Este fenómeno, llamado phubbing o ningufoneo surge del neologismo que combina “phone” (teléfono) y “snubbing” (desdeñar, desairar) e indica el acto de ignorar a la persona que se tiene en frente por mirar la pantalla de un dispositivo.
Alexis Alderete (MP 85367), licenciado en psicología, especialista en trastornos de ansiedad y entrenamiento en habilidades, (Fundación Foro), posgrado en Sexología Clínica, afirmó en Infobae: “Entendemos el phubbing como el acto de ignorar a una o varias personas que están físicamente cerca nuestro, ya sea en una cita, en una conversación con amigos o en una reunión de trabajo, para prestar atención al celular u a otro dispositivo electrónico. Dicha acción nos invita a reflexionar que la tecnología ha penetrado en nuestras actividades más íntimas y cotidianas, alejándonos de las personas que apreciamos”.
Revisar el teléfono todo el tiempo puede ser un indicio de ansiedad y desconexión con el momento presente, que pone de manifiesto nuestra dependencia hacia el smartphone.
Obsesión con las notificaciones
Por último, la obsesión por contestar de inmediato todas las notificaciones que recibes en el celular también revela una conducta ansiosa. Esta tendencia a consultar de manera constante el dispositivo lleva a los usuarios a mantenerse en una perpetua comunicación sin establecer límites.
Este comportamiento obsesivo se ve alimentado por la expectativa ajena que responderás a los mensajes de inmediato o que siempre contestarás a una llamada de trabajo. Es una presión sostenida que, en muchos casos, termina generando más problemas que beneficios en términos de bienestar emocional.
El uso del celular representa un desafío cada vez mayor para la salud mental. Por eso es crucial buscar formas efectivas de tratar y prevenir la ansiedad causada por nuestros hábitos digitales.
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