Un abogado de nombre Izram Ali, confió en su instinto empresarial y no dudó en comprar un terreno en la Luna, a cambio de un pago de tan solo 138 dólares.

Incluso, el hombre pakistaní, recibió un certificado de propiedad, sin saber que en realidad estaba pagando por una hoja de papel, quizás la más cara del mundo.

Aunque parezca una broma, este hecho es real, Ali señaló a un medio local, que en el 2020 se topó con un anuncio en redes sociales donde se anunciaba la venta de espacios en la Luna.

No lo pensó ni un momento y envió una solicitud a la empresa Lunar Company para comprar un par de terrenos en el satélite natural de la Tierra.

Luego de realizar el depósito de un monto que haciende a los 130 dólares, la firma le envió un certificado de registro, donde se le declara propietario de las hectáreas numeradas del 1393 al 1397, ubicadas en “El Mar de los Vapores”, al suroeste de la cara visible de la Luna.

Alí dijo que una empresa que opera bajo el nombre de la “Embajada Lunar”, también le proporcionó un mapa regular que mostraba su terreno en la Luna.

El sujeto aseguró que todos los documentos le fueron enviados en papel por correo tradicional, sin embargo, no se trata más que de un fraude “legal”.

Alí, se sintió el hombre más afortunado del mundo; primero por ser poseedor de una parte de la Luna y después, por no haber invertido tanto dinero, aunque terminó decepcionado porque sus planes de tener esa propiedad en el satélite se vinieron abajo.

La Luna es patrimonio común de la humanidad

Además de que hay muchas empresas que venden estrellas, esta empresa que vende terrenos en la Luna también está registrada en Estados Unidos, pero es necesario recordar que tanto como los planetas, como los cuerpos celestes, o cualquier otra cosa en el espacio, son propiedad de toda la humanidad.

Alguna vez el empresario Dennis Hope, reclamó la Luna como suya desde 1980, mientras que, el español Jenaro Gajardo Vera, obtuvo un poder notariado que lo certificaba como único dueño del satélite natural.

Christopher Lamar, por su parte, no se quiso quedar atrás y desde el 2014, se autoproclamó CEO de la “Embajada Lunar”, la empresa que vende los terrenos lunares.

Es importante tener en cuenta que el Tratado de las Naciones Unidas para asuntos del Espacio Exterior, firmado por 129 naciones, entre las que destacan China, Rusia, Reino Unido y Rusia, entre otros, prohíbe explícitamente a cualquier gobierno la reivindicación de recursos celestes, incluyendo los terrenos en la Luna, por estar catalogados como patrimonio común de la humanidad, y esto no es broma.

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