Por primera vez desde 1790 la población blanca ha disminuido en Estados Unidos. Su peso ha retrocedido un 8,6% en la última década hasta el 57,8% (204,3 millones, casi un millón menos que en 2010), según los datos publicados este jueves por el censo realizado en 2020. Las personas que se identifican como afroamericanos, latinos, asiáticos o mestizos han aumentado en el país con la demografía más diversa de su historia, lo que se refleja especialmente entre los menores de 18 años.

Las cifras también revelan el robustecimiento de las grandes ciudades y la fuga de habitantes de las zonas rurales: más de la mitad de los condados han reducido su población respecto a 2010. Los gobiernos estatales utilizarán estos datos para redibujar los mapas electorales, que podrán impactar por primera vez en los comicios legislativos de medio término de noviembre del próximo año.

La población de Estados Unidos ha crecido un 7,4% desde 2010 (año del último censo), situándose en 331.449.281, según los primeros datos adelantados ya en abril. Es el menor crecimiento de población desde la Gran Depresión en 1930 y el segundo más bajo en la historia de Estados Unidos.

Prácticamente todo el crecimiento de la población estadounidense se da en las comunidades no blancas. Los hispanos o latinos representan el 18,7% (62,1 millones), un aumento del 16,3% desde el censo de 2010. Las estimaciones indican que representan la mitad del crecimiento del país en la última década. La comunidad afroamericana creció un 5,6% en el mismo periodo y la asiática un 35%. Mientras la población blanca envejece, los grupos de diferentes etnias cobran peso con la incorporación de más jóvenes. El 36% de los adultos no son blancos, en comparación con el 25% de hace una década y el 47% de los menores de 18 tampoco lo son ya, frente al 35% en 2010.

Las etiquetas de minoría y mayoría racial son cada vez más difusas en el contexto actual. La Oficina del Censo decidió eliminar esos términos en esta ocasión porque muchas personas pueden no identificarse con ciertos grupos de población, aunque las pautas federales los clasifiquen en esas categorías. En la encuesta de este año se utilizó un nuevo conjunto de métricas para determinar la diversidad.

Las cifras muestran que la inmigración continúa hacia el sur y suroeste, y las pérdidas de población en Misisipi y la región de la cordillera de los Apalaches —desde Pensilvania hasta el norte de Misisipi pasando por Virginia Occidental y Kentucky—. En los censos anteriores quedaba de manifiesto que el incremento poblacional estaba impulsado por la inmigración, pero ahora ese es solo uno de los factores. Durante la última década, la llegada de extranjeros se desaceleró, mientras que la tasa de natalidad de mujeres hispanas y asiáticas aumentó y bajó entre las blancas.

Los nuevos datos revelan qué condados, ciudades y vecindarios ganaron o perdieron población. Las cinco ciudades más grandes del país son Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Houston y Phoenix. Pero las cifras también auguran un mayor peso político de los Estados del sur del país. Feudos conservadores como Texas, Carolina del Norte o Florida —territorio pendular entre republicanos y demócratas— aumentarán sus escaños en el Congreso en las próximas elecciones legislativas debido a un incremento de su población en los últimos 10 años. Cuando en un Estado aumenta su número de representantes, en otros disminuye. Entre los que perderán un escaño se encuentran Nueva York y California, ambos profundamente demócratas.

Las cifras del nuevo censo dado a conocer este jueves se utilizarán en las legislaturas estatales o paneles independientes para volver a dibujar los mapas electorales. El objetivo oficial es garantizar que cada distrito tenga aproximadamente la misma cantidad de población y garantizar la representatividad de lo que hasta ahora se entendía por minorías raciales. Pero en el escenario político se impone el llamado gerrymandering: una técnica de los partidos para cambiar las delimitaciones de los distritos con el fin de agrupar a segmentos de votantes fieles de manera que se facilite la mayoría de una formación frente a otra.

Actualmente, la Cámara de Representantes está controlada por los demócratas por un margen estrecho: 220 escaños frente a 212 republicanos. En noviembre del próximo año se celebrarán las elecciones legislativas de medio mandato, donde el control del Congreso podría decidirse en el nuevo mapa surgido del censo. Con las cifras conocidas este jueves se prevé que comience una dura batalla por redibujar las circunscripciones. El robustecimiento de las grandes ciudades y las zonas suburbanas, en contraste con las áreas rurales —el 52% de los condados ha experimentado una caída en el número de habitantes— puede favorecer, en principio, a los demócratas.

Mas de esta seccion: Internacional


Nota:Este espacio es para que opines con responsabilidad, sin ofensas, vulgaridad o difamación. Cualquier comentario que no cumpla con estas características apropiadas, será eliminado definitivamente.