La Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM recomendó el uso preventivo de esta sustancia elaborada por las abejas contra COVID–19 y otras enfermedades virales, como la influenza estacional, gracias a la actividad biológica que tiene en microorganismos virales, micóticos y bacterianos.
El doctor Tonatiuh Cruz Sánchez, responsable del Laboratorio de Análisis de Bioprospección Microbiológica de Propóleos, explicó que entre los más de 300 compuestos químicos observados a lo largo de una década de investigación del laboratorio, los fenoles y flavonoides son los responsables de su acción antimicrobiana y probablemente antiviral:
“Dentro de los fenoles se encuentra el éster fenetílico del ácido cafeíco (CAPE), el cual actúa sobre la polimerasa, una enzima capaz de replicar un microorganismo infeccioso, lo que lo convierte en un excelente antibacteriano. Asimismo, los flavonoides contienen antioxidantes como la pinocembrina y la quercetina, a los cuales se les atribuye actividad antiviral”, explicó la UNAM en un comunicado.
El laboratorio realizó distintas pruebas de citotoxicidad en cultivos celulares infectados con diversos tipos de microorganismos, como la pseudorrabia y el moquillo canino, obteniendo resultados positivos antes, durante y después de la infección gracias al propóleo:
“Se estudió la actividad biológica del propóleo en tres diferentes etapas de la pseudorrabia en cerdos y del moquillo canino: al colocarlo en un cultivo celular antes de inocular se impidió el acceso de los virus en los receptores celulares y, al aplicarlo durante y después de la infección, la replicación del patógeno disminuyó”.
La recomendación de la Universidad es consumir diariamente de 20 a 30 gotas de propóleo, de siete a ocho aspersiones o ingerir una o dos cucharadas de jarabe y combinarlos con el colirio.
Además, el doctor al frente del Laboratorio explicó que “pese a que aún no se ha estudiado el efecto del propóleo en COVID-19, se puede usar el extracto como un tratamiento complementario, elevando la dosis de 40 a 60 gotas, tres veces al día”.
No obstante, es necesario reafirmar que el propóleo no es un medicamento, que no puede ser la base de un tratamiento para alguien enfermo de COVID–19 y que por supuesto, su administración no sustituye de ninguna manera a las medidas de higiene, el uso de cubrebocas y el distanciamiento social.
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