Gerardo Fernández Noroña, un político mexicano cuyo firme rechazo a usar una mascarilla ha interferido con eventos oficiales durante la pandemia, confirmó el lunes que está enfermo de COVID-19.

Desde hace tiempo Fernández Noroña es considerado un personaje extravagante de la política en México, luego de que ha montado protestas solitarias y suele involucrarse en acaloradas discusiones con funcionarios.

En sus cuentas en las redes sociales había reportado que llevaba días sin sentirse bien, pero dijo estar seguro que “es una gripa muy fuerte o el bicho”.

Sin embargo, el lunes escribió: “Como me lo temía, salí positivo al coví”, la forma en que muchos mexicanos pronuncian COVID.

Todavía fijo en la parte superior de su perfil de Twitter estaba un tuit burlón del viernes, cuando salió negativo a la prueba. “Lo dicho, la derecha muere de rabia por este resultado”, escribió.

Miembro de la Cámara de Diputados, Fernández Noroña se ha negado reiteradamente a usar una mascarilla en eventos oficiales donde se requería portar una. En 2020, el Instituto Nacional Electoral en donde Fernández Noroña representa al pequeño Partido del Trabajo, se vio forzado a suspender una sesión cuando él se negó a usar una mascarilla según requieren las reglas del instituto.

“Me quieren amordazado, hablaré sin mordaza”, dijo en ese momento. “Si usted me quiere censurar, yo no puedo hablar amordazado”, agregó en referencia a una mascarilla.

Fernández Noroña es una especie de aliado independiente del presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario también desdeña las mascarillas y se ha negado a recomendar o exigir su uso, pero sí las ha utilizado en sitios donde son requeridas, como en los aviones.

Pero algunos de los aliados políticos de López Obrador, como Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad, las rechazan abiertamente.

En una conferencia de prensa la semana pasada, Bartlett, sin mascarilla, le ordenó a un reportero quitarse la suya cuando éste le hizo una pregunta. “Con el bozal no se oye ni se entiende”, le dijo al periodista.

México ha registrado casi 238.500 muertes confirmadas a consecuencia del COVID-19, pero como el país hace muy pocas pruebas, incluso los cálculos del gobierno estiman que la cifra real es de aproximadamente 360.000.

Funcionarios del gobierno han sido criticados desde que comenzó la pandemia cuando expresaron dudas sobre si las mascarillas protegerían contra el coronavirus. Algunos funcionarios argumentaron que el requisito de usarlas violaría las libertades individuales.

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