Rioverde , S.L.P. – “Yo estaba recién viuda… vivía sola. Fui a sacar una tarjeta para viajar y ahí me preguntaron si en mi comunidad había algún grupo de adultos mayores. Que si no me gustaría reunir gente. Así empezó todo”.

Cuenta Estela Cadena Rodríguez, de la comunidad de Progreso, quien hoy lidera con entusiasmo al grupo Corazones Sabios, antes conocido como INAPAM. Aquella primera reunión se agendó para un 3 de mayo, y aunque al principio eran pocas personas, hoy el grupo cuenta con 23 integrantes, algunas de ellas ya mayores con dificultades de movilidad, pero con el mismo deseo de convivir, aprender y crear.

El grupo realiza manualidades guiadas por talleristas que llegan desde Rioverde una vez al mes, y entre todas, continúan practicando y produciendo durante el resto del tiempo. “Nos traen el material y nos dicen: ‘esto es para ustedes, yo no me llevo nada, es suyo’”, comparte Estela. Entre piñatas, caminos de mesa y hasta rebozos, las integrantes encuentran no solo un oficio, sino también compañía y sentido.

“El rebozo para mí es respeto, abrigo, identidad”, dice Estela, quien no sale a la calle sin uno. “Me gusta mucho, lo uso todos los días. A veces hasta hago faldas a mano para quienes no tienen. En los eventos del 20 de noviembre, todas quieren lucir su rebozo”.

Para ella, el rebozo no solo representa tradición, sino memoria y cobijo. “Antes, los niños se dormían con el rebozo de su mamá. Lo sentían y se calmaban. Ahora ya no se ve tanto, pero deberíamos retomarlo. Hasta los jóvenes lo pueden usar, con estilo, a su manera”, dice con una sonrisa.

Desde la pérdida personal, Estela logró formar un círculo de vida. Donde antes había soledad, ahora hay diálogo, tejido y comunidad. Y todo, gracias a un grupo que empezó con una pregunta sencilla y muchas ganas de servir.

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