En las últimas tres semanas sepultaron por lo menos a 10 personas sospechosas o confirmadas a COVID-19, lo que representa un 35% de incremento, en relación con un mes normal, dijo el administrador de panteones del municipio, José Anaya Zorrilla
“A la gente ya le cayó el veinte. Ya respeta más, porque en los meses de abril o mayo en que cerraron el panteón, cuando solo se abría para sepultar, estaba muy molesta, y no le importaba la restricción en el acceso, ahora ya es más sensible, porque se dio cuenta de que la pandemia es real, y no es un juego”, expresó.
El panteón abre solo por el lado de la calle Zaragoza, en la puerta individual, pero no se permiten más de tres personas por familia, y todas deben llevar cubrebocas, además no pueden acceder menores de 12 años, damas embarazadas, ni adultos mayores a los 75 años de edad.
Dijo que en el cementerio si hay espacio, porque mucha gente ya tiene su tumba, y no está saturado.
En los servicios de inhumación hay un protocolo estricto con los sepultureros, quienes usan cubrebocas, guantes de nitrilo, careta, y al término todos se desinfectan. Afortunadamente ninguno se ha enfermado, lo cual sería lamentable si se contagian, porque entonces no habría quien sepultara.
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