Rioverde celebra 408 años reafirmando su identidad como tierra de fe, unidad y esperanza

En el marco del aniversario número 408 de la fundación de Rioverde, el padre Juan Pablo Amaya Vázquez, de la parroquia Santa Catarina de Alejandría, ofreció un emotivo mensaje en el que hizo un llamado a la reflexión, la unidad y la esperanza.

“El futuro exige una dirección que reconozca lo sagrado en su origen y se proyecte con responsabilidad”, expresó el sacerdote, retomando las palabras del teólogo John Bate: ‘La memoria cristiana es peligrosa, porque no deja que nos acostumbremos a las injusticias.’

El padre Amaya explicó que esta memoria no debe vivirse con nostalgia, sino con lucidez, como una oportunidad para preguntarnos qué heridas arrastramos como pueblo, qué decisiones necesitamos sanar y qué caminos de reconciliación debemos emprender.

Señaló que la región media potosina, rica en fe, también clama por justicia, por verdad y por unidad. “Hoy no hay paz sin verdad. No hay reconciliación sin humildad. No hay futuro sin perdón”, afirmó, destacando que este acto no solo fue una celebración, sino una súplica por volver al diálogo, al respeto por la vida, la dignidad humana y el bien común.

“Como Iglesia, nos toca seguir siendo fermento de unidad; como sociedad, abrir caminos nuevos de encuentro; y como creyentes, no dejar que la esperanza se apague ni que el miedo nos paralice”, enfatizó.

Reafirmó que Rioverde sigue siendo tierra de fe y de esperanza, y que su historia continúa en cada niño que aprende, en cada joven que sueña, y en cada mujer y hombre que siembra paz y construye comunidad.

El mensaje concluyó con una invocación a Santa Catarina de Alejandría, patrona del pueblo, pidiendo su intercesión para que, como ella, “sepamos defender la verdad con amor y valentía, aun en medio de las pruebas”.

Finalmente, el padre Amaya agradeció a Dios por los 408 años de historia de Rioverde y ofreció esta conmemoración como una ofrenda de amor y compromiso, para que las nuevas generaciones encuentren en esta tierra un verdadero hogar de justicia, reconciliación y esperanza.