El Primer ministro italiano Giuseppe Conte anunció el miércoles por la noche el cierre de todos los comercios del país, excepto los de los sectores de alimentación y salud.

“He hecho un pacto con mi conciencia: en primer lugar, está la salud de los italianos. Hace unos días les pedí un cambio en su forma de vida, les pedí que se quedaran en casa. Ahora es momento de ir más lejos”, ha aseverado el mandatario en una rueda de prensa.

“Cerramos los bares, los restaurantes, los hoteles, los pubs y las peluquerías”, ha afirmado Conte, que ha confirmado, sin embargo, que las fábricas seguirán con sus actividades siempre y cuando “puedan garantizar la seguridad de sus trabajadores”.

Todas las actividades serán suspendidas, excepto aquellas tiendas que estén vinculadas con las necesidades básicas y las farmacias.

“Seguirá autorizado el suministro a domicilio”, dijo. “El efecto del esfuerzo será visible en 14 días”, afirmó.

Giuseppe Conte ya había anunciado el martes estrictas medidas de confinamiento de la población, con una restricción de la libertad de circular y la prohibición de reunión para los 60 millones de italianos, en vigor hasta el 3 de abril.

Después de China, Italia es el segundo país en el mundo más afectado por la pandemia, con 827 muertos y 12,462 casos, según un balance publicado el miércoles por la noche.

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