La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) ha pedido este viernes a los talibán el cese “inmediato” del uso de la fuerza en las manifestaciones que estos días se están celebrando en su contra, así como de las “detenciones arbitrarias”.
En un comunicado, la portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani, ha denunciado que los manifestantes pacíficos se han enfrentado en las últimas cuatro semanas a “una respuesta cada vez más violenta por parte de los talibán, que ha incluido el uso de munición real, porras y látigos”.
“Es crucial que los gobernantes escuchen sus voces”, ha pedido Shamdasani, que también ha resaltado que las protestas se habían intensificado desde la primera el 15 de agosto hasta la prohibición que emitió el grupo este miércoles prohibiendo las concentraciones.
La oficina de la ONU ha detallado que, del 15 al 19 de agosto, cuando la gente se reunió en las provincias de Nangarhar y Kunar para celebrar las ceremonias de izado de la bandera nacional, los talibán habrían matado a un hombre y a un niño, y herido a otros ocho, al disparar en un aparente intento de dispersar a la multitud.
También en la provincia de Herat, este martes, los talibán habrían disparado y matado a dos hombres y herido a otros siete. Ese mismo día, en Kabul, los talibán golpearon y detuvieron a manifestantes, entre ellos varias mujeres y hasta 15 periodistas, ha denunciado la ACNUDH.
Shamdasani ha recordado que “las protestas pacíficas están protegidas por el Derecho Internacional”, y que debe “garantizarse un entorno seguro, propicio y no discriminatorio para el ejercicio de los Derechos Humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión pacífica”.
“En lugar de prohibir las protestas pacíficas, los talibán deben dejar de utilizar la fuerza y garantizar la libertad de reunión y expresión pacíficas, incluso como medio para que la gente exprese sus preocupaciones y ejerza su derecho a participar en los asuntos públicos”, ha pedido la agencia, que también ha denunciado la detención y malos tratos que han sufrido los periodistas que cubrían las protestas.
Por su parte, la ONG Acción contra el Hambre ha alertado este viernes de que casi la mitad de los 38 millones de habitantes de Afganistán –de los cuales casi diez millones son niños– necesitan ayuda humanitaria urgente, mientras la actual crisis provoca que los precios de los alimentos esté fuera del alcance de muchos.
La ONG se ha mostrado preocupada por las sanciones internacionales contra los talibán y las consecuencias que pueden tener sobre la ayuda humanitaria cuando un tercio de la población se enfrenta ya a niveles críticos de inseguridad alimentaria –dificultad de acceso a alimentos saludables–.
“Las tasas de desnutrición crónica del 30 por ciento se consideran una emergencia, y normalmente provocarían una respuesta conjunta de la comunidad internacional. Ahora mismo, vemos que más del 45 por ciento de los niños están desnutridos en la provincia de Ghor, donde llevamos años trabajando”, ha alertado el director de la organización en Afganistán, Mike Bonke.
En la provincia de Helmand, Acción contra el Hambre ha reanudado su actividad y en las primeras 24 horas, diez niños fueron admitidos y hospitalizados por desnutrición aguda grave.
En el marco de esta situación, Acción contra el Hambre ha instado a la comunidad internacional a intensificar y apoyar inmediatamente la respuesta humanitaria y de desarrollo para facilitar la entrega segura de la ayuda humanitaria y garantizar que los servicios esenciales puedan mantenerse para que “los civiles no se conviertan en víctimas de ninguna agenda política”.
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