Hundido en una crisis que amenaza con extinguirlo luego de que Andrés Manuel López Obrador los abandonara aquel 9 de septiembre de 2012 para formar su propio partido (Morena), el partido del Sol Azteca se afana en resucitar de entre los muertos; aspira a renacer de sus cenizas, como el Ave Fénix.
Esto explica por qué la dirigencia nacional del PRD, encabezada por Ángel Ávila, decidió romper políticamente con quienes durante los últimos años fueron sus aliados en San Luis Potosí: Los Gallardo. El líder nacional afirma que su partido estaba secuestrado por un grupo afín a la Gallardía y que por ello hubo necesidad de expulsar a los mercaderes del templo y cerrar un ciclo de sometimiento inaceptable.
Fue así que el pasado miércoles 24 de junio, el mero día de San Juan, los principales medios de comunicación dieron cuenta de la ruidosa noticia: El Comité Directivo Estatal del PRD, que hasta ese momento encabezaba Ignacio Morquecho Segura, fue destituido de manera fulminante junto con todo su equipo de colaboradores. Fue la diputada federal perredista Guadalupe Almaguer la encargada de hacer estallar la bomba noticiosa.
Según el cuento narrado por la legisladora con el rescate del PRD…. "hay entusiasmo por la recuperación del partido”, (ya que), según ella “San Luis Potosí merece un PRD que le ofrezca todas las alternativas de un partido político de izquierda, sin apellidos, y con mucha transparencia en el uso de los recursos. Presentaremos a los potosinos un PRD renovado, institucional y que realmente trabaje por las necesidades de los ciudadanos".
El PRD olvida que en una jugada oportunista postuló en 2009 a la alcaldía de Soledad de GS a Ricardo Gallardo Juárez y luego en 2012 al “Pollito” a la misma posición coronando con éxito su alianza. También excluye mencionar que durante varios años este partido se benefició de este pacto que hizo posible que obtuvieran triunfos electorales inalcanzables para ellos y que crecieran en número de sus militantes.
Pero hay que entender que en las complicidades que se tejen entre la clase política nada es para siempre. El amor se acaba y el momento de la traición siempre llega. Así que lo que queda del PRD en San Luis Potosí ha decidido divorciarse del proyecto gallardista que ahora está más cercano de Morena a través del Partido Verde Ecologista. Esta ruptura induce a pensar que el PRD ha pactado una alianza con Xavier Nava a través del grupo de “Los Galileos”, tribu perredista con la cual el actual presidente de la capital se lleva muy bien. Con ello se ha iniciado una larga travesía que culminará con la postulación de Nava como candidato del PRD a la gubernatura. Hay síntomas de ello. La dirigencia nacional de este partido decidió nombrar una Dirección Estatal Provisional con la finalidad de mantener con vida a este instituto político y convocar para el próximo 9 de agosto a una asamblea que elija a una nueva dirigencia. Pero llama atención que como parte de esa Dirección se haya incluido a dos personajes estrechamente vinculados con Xavier Nava: Sergio Leyva, hasta hace unos días jefe de oficina de la presidencia municipal y Mónica Cabrera, asesora del alcalde.
Como puede observarse estos desencuentros y reacomodos involucran a dos equipos que aspiran a la gubernatura. Son movimientos tácticos que tienen como propósito tomar las mejores posiciones en el campo de batalla político-electoral. Estas jugadas preliminares cargadas de intencionalidad política nos dan una probadita de lo feroz que serán las elecciones de 2021.
CARAS Y CARETAS.
Gran agitación causaron en los mentideros políticos los datos reportados por la encuesta que realizó del 18 al 20 de junio la empresa Consulta Mitofsky en la que se afirma que en este momento Xavier Nava y Ricardo Gallardo son los mejor posicionados para competir por la gubernatura. Señala la investigación demoscópica que Ricardo Gallardo Cardona obtienen un 60.6% de aprobación y Xavier Nava Palacios un 58.4%. Luego sigue en puntuación, Gustavo Puente Orozco con un 29.8%.
En cuanto a intención de voto por partido, MORENA obtiene una calificación de 27.6%, el PAN un 16.3% y el PRI un 13.0%; luego, hasta la cuarta posición, aparece el Partido Verde con un 9%.
Frente a estos datos hay que volver a repetir que las encuestas no son pronósticos. Que son una fotografía del momento y que en los próximos meses estos porcentajes pueden dar una vuelta o confirmarse. Lo que va quedando claro es que se aproxima un choque de trenes.
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