Un Requiem por la Ceiba

La lenta agonía que presagia la muerte, ha llegado. Herida por mis cuatro costados, empiezo a desprender mis capas externas, una centuria y medio siglo a la cuenta, pocos años para mi capacidad de vida, qué puede doblar eso y más. Empiezo a despedirme, pronto seré la fantasmagórica figura, extraída de un cuento de terror; me voy sin reproches, les dí lo mejor de mí, sombra, belleza, eminencia en derredor; soy historia desde sus ancestros, viví las décadas una tras otra, con el ímpetu de las generaciones.

Mucho ruido y cuchicheos, ¡El tren, el tren, ya tenemos tren! ¡ "Ay" vienen los Cedillo" ¡Dr. Cervantes, Apóstol del árbol, qué nos dure mucho! ¡ Qué hermosas parejitas, formales caballeros y elegantes sus esposas!, allá don Celestino y Mariquita, acá el Dr. Gama y la Nena, por acá el Dr. Haro, arrebatadora la alegría de los niños a la escuela, que son sinfonía de la alegría. Todo está consumado.

Ojalá mi grueso tronco sirva para un testimonio de qué existimos, tenemos vida y qué también se llegan las despedidas. Con el 2020 que todo lo cambió, me despido con amor y alegría para todos, mis amados rioverdenses. ¡ Cuiden mucho a mi hermana para qué les dure mucho, ese es mi pendiente! ¡Adios!